Los andes peruanos, te embrujan, te seducen, te absorben y nunca te devuelven igual, algo de ellos se queda en ti cuando los descubres la primera vez.
He viajado en varias oportunidades a Cajamarca, tengo la bendición de tener familia por allá, aunque hace algún tiempo no la visitaba, la última vez que fui en el verano del 2011, estuve muy cerca de quedarme para los Carnavales, no lo pude hacer, mis vacaciones laborales no daban para tanto, así es que solo tuve que contentarme con ver "El Pregón Carnavalesco", evento que marca el inicio de esta celebración tan importante para esta tierra. En otra publicación les relataré este precioso y divertido momento.
Pero sí tuve la oportunidad de visitar por segunda vez un lugar llamado Los Frailones ubicados en Cumbemayo, este lugar es un bosque de piedras monumentales que han sido forjadas a través de miles de años y que al ojo humano tienen la forma de unos frailes encapuchados orantes en procesión, su impresionante tamaño es perturbador y su belleza más.
La subida al lugar, la realizamos por medio de un tour alquilado en los alrededores de la plaza de armas de Cajamarca, no cuesta mucho (S/. 25 por persona), fuimos un grupo de 20 personas con guía incluido.
Poco antes de llegar a nuestro destino pudimos tener unas vistas espectaculares de los frailones, ya a cierta distancia empezamos a saborear el deleite que se veía venir.
Al llegar, sentimos el golpe de aire helado y sol caliente, algo un poco raro para los costeños, , obligado usar bloqueador. Comenzamos con una pequeña caminata como de unos 150 metros y llegamos al punto de inicio del tour. Este prometía, no solo belleza sino aventura, colorido, emoción y cansancio (3 horas de recorrido aproximadamente).
Vimos formaciones pétreas, con singulares y caprichosas formas, petroglifos tallados en la roca y un canal precolombino.
Como corolario de la visita y parte del recorrido turístico, se pueden conocer y visitar una de las más notables obras de ingeniería hidráulica de América Precolombina hecha por la cultura Cajamarca, el Canal de Cumbemayo.
El recorrido lo terminé cansada pero contenta de haber regresado de nuevo y poder saborear y aprender un poco más de este pedacito de mi querido Perú.