Me gusta Lima en domingo por la mañana. Como dice Roberto Carlos en la estrofa de una de sus canciones "Todo para...", y es que caminando por las calles de Lima, en domingo, se siente que todo está calmo, las combis no se corretean, inclusive paran totalmente para que baje un pasajero, la gente camina despacio, sin apuro de llegar a ninguna parte y me parece que hasta los semáforos se ponen más lentos, ya que nadie les toca el claxón.
Es linda Lima sin los apuros de la semana, sin el correr contra el tiempo ni el tránsito atorado. Es linda Lima con sus calles despejadas, sus transeúntes alegres y sus parques limpios. Es linda Lima.
Me gusta Lima un domingo por la mañana, para encontrar esas maravillas que ocultas están por la rutina del trabajo, el bullicio de su gente, el apuro de las combis. Esas casonas con recuerdos y memorias de antaño; las iglesias que conservan el arte y la fe de los limeños; las plazuelas que alegremente visitan niños y ancianos; las calles limpias, transitables, casi vacías. Me gusta Lima y si sale el sol, mejor.